1912

El Cafè de La Pedrera cumple 100 años

La Vanguardia, 19 de abril de 1916
La Vanguardia, 19 de abril de 1916
Barcelona, Cataluña y sus manantiales. Select-Guide, 1916 Guía ilustrada con 400 págs., de JOSÉ Mª FOLCH I TORRES, de la Sociedad de Atracción de Forasteros
Barcelona, Cataluña y sus manantiales. Select-Guide, 1916 Guía ilustrada con 400 págs., de JOSÉ Mª FOLCH I TORRES, de la Sociedad de Atracción de Forasteros
En la primera fotografía se puede apreciar el detalle del comedor de la Pensión Hispano-Americana y debajo el mismo espacio en la actualidad. La sala se reconoce sobre todo por el techo, puesto que la pared de la izquierda —que ocultaría las columnas— ya no existe, así como las puertas correderas que se ven al fondo. También puede apreciarse la decoración floral de las paredes.
En la primera fotografía se puede apreciar el detalle del comedor de la Pensión Hispano-Americana y debajo el mismo espacio en la actualidad. La sala se reconoce sobre todo por el techo, puesto que la pared de la izquierda —que ocultaría las columnas— ya no existe, así como las puertas correderas que se ven al fondo. También puede apreciarse la decoración floral de las paredes.
Carta del propietario de la Pensión, G. Campaña, fechada el 25 de octubre de 1918.
Carta del propietario de la Pensión, G. Campaña, fechada el 25 de octubre de 1918.
Detalle del papel de carta de la Pensión de Familia de G. Campaña.
Detalle del papel de carta de la Pensión de Familia de G. Campaña.

Gaudí decía que la originalidad reside en regresar a los orígenes, y la historia que nos ocupa es un buen ejemplo de ello.

Siempre nos hemos preguntado cuál fue el primer uso que se dio al entresuelo de La Pedrera antes de que se instalase en él la Sastrería Mosella. Ahora hemos encontrado el documento que acredita que el espacio del entresuelo de Paseo de Gracia fue el restaurante de la Pensión Hispano-Americana.

Tenemos constancia de que antes de la firma del certificado de final de obra se publicaron en la prensa los primeros anuncios de alquiler de habitaciones en la Casa Milà, en febrero de 1912. Según el primer anuncio, se hallaban en el cuarto piso, pero no disponemos de información detallada sobre su ubicación exacta, aunque parece que estaban en el lado de Paseo de Gracia.

«Espléndidas habitaciones para matrimonios ó familias, ascensor, electricidad, calefacción, cuartos de baño, teléfono. Paseo Gracia núm. 92, 4º (Casa de Milá).» La Vanguardia, 6 de febrero de 1912.

El 30 de abril de 1914 la pensión sin nombre pasa a ser la Pensión Hispano-Americana, posiblemente porque ya disponía de todos los permisos necesarios. La Vanguardia, 30 de abril de 1914

«Pensión Hisp.-Americana. Paseo de Gracia, 92, 4º

Espléndidas habits. con asist., cuartos de baño, ascensor, teléfono y todo el confort moderno. Precios módicos.»

Dos años después empiezan a publicarse los primeros anuncios de las ampliaciones de la Pensión Hispano-Americana.

«PROXIMAMENTE GRANDIOSAS y espléndidas ampliaciones de la PENSION Hispano-Americana en el mismo edificio Paseo Gracia, 92» La Vanguardia, 19 de abril de 1916

Asimismo, en una guía de Barcelona del año 1916 titulada Barcelona, Cataluña y sus manantiales (similar a las guías turísticas actuales) encontramos un anuncio a doble página profusamente ilustrado con fotografías y texto.

En este caso podemos ver por primera vez fotografías interiores de la Pensión, y a partir de ellas podemos deducir que las ampliaciones llevadas a cabo en el inmueble están relacionadas con la instalación del comedor en el entresuelo de Paseo de Gracia y el acondicionamiento de habitaciones en toda la planta hasta la calle Provenza. Lo más significativo es que el espacio de «uno de los comedores» es el actual Cafè de La Pedrera.

El anuncio o publirreportaje incluye tres fotos: una del comedor (la actual cafetería), una de un dormitorio del entresuelo y otra de un dormitorio del cuarto piso.

El texto es extraordinario y pone de manifiesto el valor añadido que tenía para los anunciantes que la Pensión estuviese situada en uno de los edificios más «eminentes» del Paseo de Gracia.

«En el renombrado edificio del Paseo de Gracia, chaflán Provenza, que ha merecido, por su originalísima arquitectura, los comentarios de los críticos más eminentes de Europa, se halla instalada la Pensión Hispano-Americana, de todo primer orden, y que ocupa las habitaciones superiores y los vastos entresuelos y bajos del mencionado edificio.

La espléndida situación que ocupa la vía más hermosa y más aristocrática de Barcelona, y el servicio impecable de la casa, hace que sea ésta la preferida por las familias americanas, que encuentran en el trato exquisito de la Pensión Hispano-Americana, un nuevo atractivo a los que les brinda esta hermosa ciudad mediterránea.»

En la primera fotografía se puede apreciar el detalle del comedor de la Pensión Hispano-Americana y debajo el mismo espacio en la actualidad.

La sala se reconoce sobre todo por el techo, puesto que la pared de la izquierda —que ocultaría las columnas— ya no existe, así como las puertas correderas que se ven al fondo. También puede apreciarse la decoración floral de las paredes.

El último documento localizado en relación con la historia de la Pensión proviene de una aportación a La Pedrera Inédita de la Sra. Anna Buti.

El documento aportado es muy importante, tanto por su forma como por su contenido: por un lado, el mismo papel de carta y, por el otro, el mensaje que contiene. El papel de carta incluye en el margen izquierdo cinco fotografías de los interiores de la Pensión en La Pedrera. Resulta curioso que, a pesar de publicitarse en la prensa como «Pensión Hispano-Americana de G. Campaña», aquí encontramos el membrete «Pensión de Familia de G. Campaña».

Las cinco fotos llevan un pie de página revelador:

«De primer orden, con todo el confort moderno. Situación espléndida. La preferida y la más concurrida por las familias americanas por ser el edificio más moderno y grandioso de la ciudad y por disfrutar desde él de las más hermosas vistas.»

La carta, firmada por el propietario de la Pensión, G. Campaña, está dirigida al Conde de Santa Engracia en Madrid:

«Distinguido Sr. He visto con verdadera satisfacción la proposición de ley presentada por V. en el Congreso y le suplico no abandone ese proyecto con el cual hará V. un gran bien a los industriales y en esta ocasión hablo en interés propio, pues parece como si estuviera V. al tanto de lo que me sucede con el propietario de esta casa el cual se empeña en sacar más partido y sin reflexionar los grandes sacrificios que me ha costado el acreditar la casa pretende que pague 1.000 pts más por mes además de las 2.500 mensuales que ya pago y que sin respetar un contrato por 8 años que tengo firmado con él y cuando tan solo llevaba 14 meses de hecho ha presentado en el juzgado el deshaucio el cual lo fallaron a su favor y posteriormente pasó a la Audiencia y también lo ganó y ahora se encuentra en el supremo habiendo señalado estos días ponente al Sr. Gullon y espero que luego señalen día para la vista. Aquí fue nuestro abogado el Sr. Vilaseca Decano del Colegio de Abogados y en esa es mi abogado el Sr. Osorio y Gallardo y aun cuando toda la razón está de mi parte me temo no me hagan la justicia debida.

Yo sería muy extenso detallando la serie de infamias cometidas por el propietario pero como quiera que no sea asunto que a V. le pueda interesar no lo hago a no ser que V. me solicite detalles pero desde luego encarecidamente le ruego y con ello tendría V. mi eterno agradecimiento no abandone V. su proyecto.

Perdone la molestia y queda de V. suyo At.

G. Campaña

Bª Hoy 25 octubre 1918»

El Conde de Santa Engracia, Francisco Javier Jiménez de la Puente (1883-1936), fue elegido diputado a Cortes en Madrid por la coalición monárquica (liberal) desde 1910 a 1923.

En 1918 presenta en la Comisión de Gracia y Justicia una propuesta «sobre regulación de alquileres de edificios para establecimientos».

En su carta el Sr. Campaña se refiere a un pleito con los propietarios del inmueble, los Sres. Milà, relacionado con un problema con el alquiler de su establecimiento. Parece ser que, después de las ampliaciones, los propietarios querían subirle el alquiler de 2.500 pts mensuales a 3.500 pts.

Después de esta fecha no hemos hallado ninguna referencia más de la Pensión Hispano-Americana. Sabemos que en 1928 la Sastrería Mosella se instaló en el entresuelo, y sus propietarios siempre afirmaron que entonces ese espacio estaba vacío y no alojaba ningún otro negocio.

 

 

 

 

 

 

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